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Bendición

jueves, 28 de diciembre de 2023

Vísperas +

Los Santos Inocentes, fiesta

Vísperas


(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)

V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.

R/. -Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya


 

Himno


Ver a Dios en la criatura,

ver a Dios hecho mortal

y ver en humano portal

la celestial hermosura.

¡Gran merced y gran ventura

a quien verlo mereció!

¡Quién lo viera y fuera yo!


Ver llorar a la alegría,

ver tan pobre a la riqueza,

ver tan baja a la grandeza

y ver que Dios lo quería.

¡Gran merced fue en aquel día

la que el hombre recibió!

¡Quién lo viera y fuera yo!


Poner paz en tanta guerra,

calor donde hay tanto frío,

ser de todos lo que es mío,

plantar un cielo en la tierra.

¡Qué misión de escalofrío

la que Dios nos confió!

¡Quién lo hiciera y fuera yo! Amén.


Salmo 109,1-5.7: El Mesías, Rey y Sacerdote


Ant: Eres príncipe desde el día de tu nacimiento entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.


Oráculo del Señor a mi Señor:

«Siéntate a mi derecha,

y haré de tus enemigos

estrado de tus pies».

Desde Sión extenderá el Señor

el poder de tu cetro:

somete en la batalla a tus enemigos.


«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,

entre esplendores sagrados;

yo mismo te engendré, como rocío,

antes de la aurora».


El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:

«Tú eres sacerdote eterno,

según el rito de Melquisedec».


El Señor a tu derecha, el día de su ira,

quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,

por eso, levantará la cabeza.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.


Ant: Eres príncipe desde el día de tu nacimiento entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.


Salmo 129: Desde lo hondo, a ti grito, Señor


Ant: Del Señor viene la misericordia y la redención copiosa.


Desde lo hondo a ti grito, Señor;

Señor, escucha mi voz;

estén tus oídos atentos

a la voz de mi súplica.


Si llevas cuenta de los delitos, Señor,

¿quién podrá resistir?

Pero de ti procede el perdón,

y así infundes respeto.


Mi alma espera en el Señor,

espera en su palabra;

mi alma aguarda al Señor,

más que el centinela la aurora.


Aguarde Israel al Señor,

como el centinela la aurora;

porque del Señor viene la misericordia,

la redención copiosa;

y él redimirá a Israel

de todos sus delitos.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.


Ant: Del Señor viene la misericordia y la redención copiosa.


Colosenses 1,12-20: Himno a Cristo, primogénito de toda criatura y primer resucitado de entre los muertos


Ant: En el principio, antes de los siglos, la Palabra era Dios, y hoy esta Palabra ha nacido como Salvador del mundo.


Damos gracias a Dios Padre,

que nos ha hecho capaces de compartir

la herencia del pueblo santo en la luz.


Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,

y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,

por cuya sangre hemos recibido la redención,

el perdón de los pecados.


Él es imagen de Dios invisible,

primogénito de toda criatura;

porque por medio de Él

fueron creadas todas las cosas:

celestes y terrestres, visibles e invisibles,

Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;

todo fue creado por Él y para Él.


Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él.

Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.

Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,

y así es el primero en todo.


Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.

Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres:

los del cielo y los de la tierra,

haciendo la paz por la sangre de su cruz.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.


Ant: En el principio, antes de los siglos, la Palabra era Dios, y hoy esta Palabra ha nacido como Salvador del mundo.


Lectura


Ef 2,3b-5

Naturalmente, estábamos destinados a la reprobación como los demás. Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo. Por pura gracia estáis salvados.


V/. La Palabra se hizo carne. Aleluya, Aleluya.

R/. La Palabra se hizo carne. Aleluya, Aleluya.

V/. Y acampó entre nosotros.

R/. Aleluya, Aleluya.

V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

R/. La Palabra se hizo carne. Aleluya, Aleluya.


Cántico Ev.


Ant: La Virgen inmaculada y santa nos ha engendrado a Dios, revistiéndole con débiles miembros y alimentándole con su leche materna; adoremos todos a este Hijo de María que ha venido a salvarnos.


(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.


Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.


Él hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.


Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de la misericordia

-como lo había prometido a nuestros padres-

en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.


Ant: La Virgen inmaculada y santa nos ha engendrado a Dios, revistiéndole con débiles miembros y alimentándole con su leche materna; adoremos todos a este Hijo de María que ha venido a salvarnos.


Preces


Dios envío a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley. Fortalecidos con esta esperanza oremos confiados, diciendo:

Que la gracia de tu Hijo nos acompañe, Señor

- Oh Dios de amor y de paz, acrecienta en todos los cristianos la fe en la encarnación de tu Hijo,

para que vivan siempre en acción de gracias.

- Levanta, Señor, la esperanza de los enfermos, de los pobres, de los ancianos,

y da tu ayuda a los oprimidos, a los descorazonados, a los que sufren.

- Acuérdate, Señor, de los que están detenidos en las cárceles,

y de los que viven lejos de su patria.

- Tú que en el nacimiento de tu Hijo hiciste que se oyera a los ángeles que cantaban tu gloria,

haz que los difuntos puedan asociarse eternamente al canto de los ángeles en tu reino.


Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir:


Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;

venga a nosotros tu reino;

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.


Final


Oh Dios, que de modo admirable has creado al hombre a tu imagen y semejanza, y de un modo más admirable todavía restableciste su dignidad por Jesucristo, concédenos compartir la vida divina de aquel que hoy se ha dignado compartir con el hombre la condición humana. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

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