Custodia

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Saludo

Bendición

jueves, 23 de marzo de 2023

Nona +

 Jueves, IV semana de Cuaresma, feria

Hora Intermedia (Nona)

Inicio

(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)

V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.

R/. -Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

 

Himno

Pastor que con tus silbos amorosos

me despertaste del profundo sueño:

tú, que hiciste cayado de ese leño

en que tiendes los brazos poderosos,


vuelve los ojos a mi fe piadosos

pues te confieso por mi amor y dueño

y la palabra de seguirte empeño

tus dulces silbos y tus pies hermosos.


Oye, pastor, pues por amores mueres,

no te espante el rigor de mis pecados

pues tan amigo de rendidos eres.


Espera, pues, y escucha mis cuidados...

Pero ¿cómo te digo que me esperes

si estás para esperar los pies clavados? Amén


o bien:


Fundamento de todo lo que existe,

de tu pueblo elegido eterna roca,

de los tiempos Señor, que prometiste

dar tu vigor al que con fe te invoca.


Mira al hombre que es fiel y no te olvida,

tu Espíritu, tu paz háganlo fuerte

para amarte y servirte en esta vida

y gozarte después de santa muerte.


Jesús, Hijo del Padre, ven aprisa

en este atardecer que se avecina,

serena claridad y dulce brisa

será tu amor que todo lo domina. Amén.


o bien:


Fuerza tenaz, firmeza de las cosas,

inmóvil en ti mismo;

origen de la luz, eje del mundo

y norma de su giro:


Concédenos tu luz en una tarde

sin muerte ni castigo,

la luz que se prolonga tras la muerte

y dura por los siglos. Amén.


o bien:


Se cubrieron de luto los montes

a la hora de nona.

El Señor rasgó el velo del templo

a la hora de nona.

Dieron gritos las piedras en duelo

a la hora de nona.

Y Jesús inclinó la cabeza

a la hora de nona.


Hora de gracia,

en que Dios da su paz a la tierra

por la sangre de Cristo.


Levantaron sus ojos los pueblos

a la hora de nona.

Contemplaron al que traspasaron

a la hora de nona.

Del costado manó sangre y agua

a la hora de nona.

Quien lo vio es el que da testimonio

a la hora de nona.


Hora de gracia,

en que Dios da su paz a la tierra

por la sangre de Cristo. Amén.

Salmodia

utilizar salmodia habitual

Salmo 125: Dios, alegría y esperanza nuestra

Ant: Empuñando las armas de la justicia, hagámonos recomendables a Dios por nuestra paciencia.

Si sois compañeros en el sufrir, también lo sois en el buen ánimo (2Co 1,7)

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,

nos parecía soñar:

la boca se nos llenaba de risas,

la lengua de cantares.


Hasta los gentiles decían:

«El Señor ha estado grande con ellos».

El Señor ha estado grande con nosotros,

y estamos alegres.


Que el Señor cambie nuestra suerte,

como los torrentes del Negueb.

Los que sembraban con lágrimas

cosechan entre cantares.


Al ir, iba llorando,

llevando la semilla;

al volver, vuelve cantando,

trayendo sus gavillas.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 126: El esfuerzo humano es inútil sin Dios

Sois edificio de Dios (1Co 3,9)

Si el Señor no construye la casa,

en vano se cansan los albañiles;

si el Señor no guarda la ciudad,

en vano vigilan los centinelas.


Es inútil que madruguéis,

que veléis hasta muy tarde,

que comáis el pan de vuestros sudores:

¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!


La herencia que da el Señor son los hijos;

su salario, el fruto del vientre:

son saetas en manos de un guerrero

los hijos de la juventud.


Dichoso el hombre que llena

con ellas su aljaba:

No quedará derrotado cuando litigue

con su adversario en la plaza.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 127: Paz doméstica en el hogar del justo

"Que el Señor te bendiga desde Sión", es decir, desde su Iglesia (Arnobio)

Dichoso el que teme al Señor

y sigue sus caminos.


Comerás del fruto de tu trabajo,

serás dichoso, te irá bien;

tu mujer, como parra fecunda,

en medio de tu casa;


tus hijos, como renuevos de olivo,

alrededor de tu mesa:

ésta es la bendición del hombre

que teme al Señor.


Que el Señor te bendiga desde Sión,

que veas la prosperidad de Jerusalén

todos los días de tu vida;

que veas a los hijos de tus hijos.

¡Paz a Israel!


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Empuñando las armas de la justicia, hagámonos recomendables a Dios por nuestra paciencia.

Lectura Bíblica

Hb 10,35-36

No renunciéis a vuestra valentía, que tendrá una gran recompensa. Os falta constancia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa.

V/. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado.

R/. Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias.

Final


Oremos:


Padre lleno de amor, te pedimos que, purificados por la penitencia y por la práctica de las buenas obras, nos mantengamos fieles a tus mandamientos, para llegar, bien dispuestos, a las fiestas de Pascua. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)

V/. Bendigamos al Señor.

R/. Demos gracias a Dios

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