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Saludo

Bendición

viernes, 19 de abril de 2024

Vísperas +

 Vísperas


V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

Tu cuerpo es preciosa lámpara,
llagado y resucitado,
tu rostro es la luz del mundo,
nuestra casa, tu costado.

Tu cuerpo es ramo de abril
y blanca flor del espino,
y el fruto que nadie sabe
tras la flor eres tú mismo.

Tu cuerpo es salud sin fin,
joven, sin daño de días;
para el que busca vivir
es la raíz de la vida. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Yo, el Señor, soy el que te salva y el que te rescata. Aleluya

Salmo 134

HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS
Vosotros sois... un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. (1Pe 2, 9)

I

Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.

Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.

Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.

Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.

Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
—en medio de ti, Egipto—
contra el Faraón y sus ministros.

Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.

Ant. Yo, el Señor, soy el que te salva y el que te rescata. Aleluya

Ant. 2. Bendito el reino que viene de nuestro padre David. Aleluya.

II

Señor, tu nombre es eterno;
Señor, tu recuerdo de edad en edad.
Porque el Señor gobierna a su pueblo
y se compadece de sus siervos.

Los ídolos de los gentiles son oro y plata,
hechura de manos humanas:
tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven,

tienen orejas y no oyen,
no hay aliento en sus bocas.
Sean lo mismo los que los hacen,
cuantos confían en ellos.

Casa de Israel, bendice al Señor;
casa de Aarón, bendice al Señor;
casa de Leví, bendice al Señor;
fieles del Señor, bendecid al Señor.

Bendito en Sión el Señor,
que habita en Jerusalén.

Ant. Bendito el reino que viene de nuestro padre David. Aleluya.

Ant. 3. Cantemos al Señor, sublime es su victoria. Aleluya.

Cántico Ap 15, 3-4

CANTO DE LOS VENCEDORES

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

Ant. Cantemos al Señor, sublime es su victoria. Aleluya.

LECTURA BREVE Hb 5, 8-10

Cristo, aunque era Hijo de Dios, aprendió por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia, y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa de salvación para todos los que lo obedecen, proclamado por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec».

RESPONSORIO BREVE

V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

V. Al ver al Señor.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El que fue crucificado resucitó de entre los muertos y nos redimió. Aleluya.

Cántico de la Santísima Virgen María Lc 1, 46-55

ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloría al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El que fue crucificado resucitó de entre los muertos y nos redimió. Aleluya.

PRECES

Invoquemos a Cristo, camino, verdad y vida, y digámosle:
Hijo de Dios vivo, bendice a tu pueblo.

Te rogamos, Señor, por los ministros de tu Iglesia: que, al distribuir entre sus hermanos el pan de vida,
encuentren también ellos en el pan que distribuyen su alimento y fortaleza.

Te pedimos por todo el pueblo cristiano: que viva, Señor, como pide la vocación a que ha sido convocado
y se esfuerce por mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.

Te pedimos por los que rigen los destinos de las naciones: que cumplan su misión con espíritu de justicia y con amor,
para que haya paz y concordia entre los pueblos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Señor, que podamos celebrar tu santa resurrección con tus ángeles y tus santos,
y que nuestros hermanos difuntos, a quienes encomendamos a tu bondad, se alegren también en tu reino.

Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Oración

Señor, ya que nos has dado a conocer los dones que nos trae la resurrección de tu Hijo, concédenos también que el Espíritu Santo, el Amor increado, nos haga resucitar a una nueva vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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