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Saludo

Bendición

lunes, 29 de abril de 2024

Tercia +

 Tercia

V. Dios mío, ven en mi auxilio.

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.


HIMNO


Al Señor confesamos, ¡aleluya!

En la hora de tercia a la mañana

se llenaron los suyos de esperanza,

y lejos de la noche y de la duda

salieron con la llama y la palabra.


Al Señor adoramos, ¡aleluya!

Han marcado sus pies nuestros caminos,

marcó su nombre el nombre de los siglos,

y en la tierra su voz cual voz ninguna

convoca seguidores y testigos.


Al Señor esperamos, ¡aleluya!

Y ahora celebramos al Viviente,

a Jesús victorioso de la muerte;

acéptanos, oh Cristo, cual liturgia

de gloria que ganaste y a ti vuelve. Amén.


O bien:


Espíritu de Dios, la tierra llenas,

las mentes de los hombres las bañas en tu luz,

tú que eres Luz de Dios, divino fuego,

infunde en todo hombre la fuerza de la cruz.


Sé luz resplandeciente en las tinieblas

de quienes el pecado sumió en la obscuridad,

reúne en la asamblea de los hijos

los justos que te amaron, los muertos por la paz.


Acaba en plenitud al Cristo vivo,

confirma en el creyente la gracia y el perdón,

reúnelos a todos en la Iglesia,

testigos jubilosos de la resurrección. Amén.


SALMODIA


Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.


Salmo 18 B


HIMNO A DIOS, AUTOR DE LA LEY

Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto. (Mt 5, 48)


La ley del Señor es perfecta

y es descanso del alma;

el precepto del Señor es fiel

e instruye al ignorante;


los mandatos del Señor son rectos

y alegran el corazón;

la norma del Señor es límpida

y da luz a los ojos;


la voluntad del Señor es pura

y eternamente estable;

los mandamientos del Señor son verdaderos

y enteramente justos;


más preciosos que el oro,

más que el oro fino;

más dulces que la miel

de un panal que destila.


Aunque tu siervo vigila

para guardarlos con cuidado,

¿quién conoce sus faltas?

Absuélveme de lo que se me oculta.


Preserva a tu siervo de la arrogancia,

para que no me domine:

así quedaré libre e inocente

del gran pecado.


Que te agraden las palabras de mi boca,

y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,

Señor, roca mía, redentor mío.


Salmo 7


ORACIÓN DEL JUSTO CALUMNIADO

Mirad que el Juez está a las puertas. (St 5, 9)


I


Señor, Dios mío, a ti me acojo,

líbrame de mis perseguidores y sálvame,

que no me atrapen como leones

y me desgarren sin remedio.


Señor, Dios mío: si soy culpable,

si hay crímenes en mis manos,

si he causado daño a mi amigo,

si he protegido a un opresor injusto,

que el enemigo me persiga y me alcance,

que me pisotee vivo por tierra,

apretando mi vientre contra el polvo.


Levántate, Señor, con tu ira,

álzate con furor contra mis adversarios,

acude a defenderme

en el juicio que has convocado.

Que te rodee la asamblea de las naciones,

y pon tu asiento en lo más alto de ella.

El Señor es juez de los pueblos.


Júzgame, Señor, según mi justicia,

según la inocencia que hay en mí.

Cese la maldad de los culpables,

y apoya tú al inocente,

tú que sondeas el corazón y las entrañas,

tú, el Dios justo.


II


Mi escudo es Dios,

que salva a los rectos de corazón.

Dios es un juez justo,

Dios amenaza cada día:

si no se convierten, afilará su espada,

tensará el arco y apuntará.

Apunta sus armas mortíferas,

prepara sus flechas incendiarias.


Mirad: el enemigo concibió el crimen,

está preñado de maldad,

y da a luz el engaño.

Cavó y ahondó una fosa,

caiga en la fosa que hizo;

recaiga su maldad sobre su cabeza,

baje su violencia sobre su cráneo.


Yo daré gracias al Señor por su justicia,

tañendo para el nombre del Señor Altísimo.


Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.


LECTURA BREVE Cf. Ap 1, 17c-18


Vi al Hijo del hombre y me dijo: «Yo soy el primero y el último, el que vive. Estaba muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del hades.»


V. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

R. Y se ha aparecido a Simón. Aleluya.


Oremos


Señor Dios nuestro, que diste a santa Catalina de Siena el don de entregarse con amor a la contemplación de la pasión de Cristo y al servicio de la Iglesia, haz que, por su intercesión, el pueblo cristiano viva siempre unido al misterio de Cristo, para que pueda rebosar de gozo cuando se manifieste su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

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