Custodia

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Saludo

Bendición

lunes, 8 de abril de 2024

Sexta +

 


Sexta

V. Dios mío, ven en mi auxilio.

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.



HIMNO


Verbo de Dios, el sol de mediodía,

amable mensajero de tu rostro,

fecunda nuestra tierra y la hermosea

como fuente de luz, de vida y gozo.


Más hermoso tu cuerpo, que es pleroma

del infinito amor jamás gastado;

y de ese mar sin fondo ni ribera

la Iglesia es tu pleroma continuado.


Verbo de Dios, que reinas sin fatiga,

que emerges victorioso del trabajo,

reina dichoso tú que nos esperas

mientras nosotros vamos caminando. Amén.


O bien:


Cuando la luz del día está en su cumbre,

eres, Señor Jesús, luz y alegría

de quienes en la fe y en la esperanza

celebran ya la fiesta de la Vida.


Eres resurrección, palabra y prenda

de ser y de vivir eternamente;

sembradas de esperanzas nuestras vidas,

serán en ti cosecha para siempre.


Ven ya. Señor Jesús, Salvador nuestro,

de tu radiante luz llena este día,

camino de alegría y de esperanza,

cabal acontecer de nueva vida.


Concédenos, oh Padre omnipotente,

por tu Hijo Jesucristo, hermano nuestro,

vivir ahora el fuego de tu Espíritu,

haciendo de esta tierra un cielo nuevo. Amén.


SALMODIA


Ant. Mirad: la Virgen ha concebido y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. Aleluya.


Salmo 122


EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO

Dos ciegos... se pusieron a gritar: «Señor, ten compasión de nosotros, Hijo de David.» (Mt 20, 30)


A ti levanto mis ojos,

a ti que habitas en el cielo.

Como están los ojos de los esclavos

fijos en las manos de sus señores,


como están los ojos de la esclava

fijos en las manos de su señora,

así están nuestros ojos

en el Señor, Dios nuestro,

esperando su misericordia.


Misericordia, Señor, misericordia,

que estamos saciados de desprecios;

nuestra alma está saciada

del sarcasmo de los satisfechos,

del desprecio de los orgullosos.


Salmo 123


NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR

El Señor dijo a Pablo: «No temas..., que yo estoy contigo-» (Hch 18, 9-10)


Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte

—que lo diga Israel—,

si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,

cuando nos asaltaban los hombres,

nos habrían tragado vivos:

tanto ardía su ira contra nosotros.


Nos habrían arrollado las aguas,

llegándonos el torrente hasta el cuello;

nos habrían llegado hasta el cuello

las aguas espumantes.


Bendito el Señor, que no nos entregó

como presa a sus dientes;

hemos salvado la vida como un pájaro

de la trampa del cazador:

la trampa se rompió y escapamos.


Nuestro auxilio es el nombre del Señor,

que hizo el cielo y la tierra.


Salmo 124


EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO

La paz de Dios sobre Israel. (Ga 6, 16)


Los que confían en el Señor son como el monte Sión:

no tiembla, está asentado para siempre.


Jerusalén está rodeada de montañas,

y el Señor rodea a su pueblo

ahora y por siempre.


No pesará el cetro de los malvados

sobre el lote de los justos,

no sea que los justos extiendan

su mano a la maldad.


Señor, concede bienes a los buenos,

a los sinceros de corazón;

y a los que se desvían por sendas tortuosas,

que los rechace el Señor con los malhechores.

¡Paz a Israel!


Ant. Mirad: la Virgen ha concebido y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. Aleluya.


LECTURA BREVE 1Jn 4, 10


En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.


V. Aquí está la esclava del Señor. Aleluya.

R. Hágase en mí según tu palabra. Aleluya.


Oremos


Señor Dios nuestro, que quisiste que tu Verbo se hiciera hombre en el seno de la Virgen María, concede a quienes proclamamos que nuestro Redentor es realmente Dios y hombre que lleguemos a ser partícipes de su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.


Sexta

V. Dios mío, ven en mi auxilio.

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.



HIMNO


Verbo de Dios, el sol de mediodía,

amable mensajero de tu rostro,

fecunda nuestra tierra y la hermosea

como fuente de luz, de vida y gozo.


Más hermoso tu cuerpo, que es pleroma

del infinito amor jamás gastado;

y de ese mar sin fondo ni ribera

la Iglesia es tu pleroma continuado.


Verbo de Dios, que reinas sin fatiga,

que emerges victorioso del trabajo,

reina dichoso tú que nos esperas

mientras nosotros vamos caminando. Amén.


O bien:


Cuando la luz del día está en su cumbre,

eres, Señor Jesús, luz y alegría

de quienes en la fe y en la esperanza

celebran ya la fiesta de la Vida.


Eres resurrección, palabra y prenda

de ser y de vivir eternamente;

sembradas de esperanzas nuestras vidas,

serán en ti cosecha para siempre.


Ven ya. Señor Jesús, Salvador nuestro,

de tu radiante luz llena este día,

camino de alegría y de esperanza,

cabal acontecer de nueva vida.


Concédenos, oh Padre omnipotente,

por tu Hijo Jesucristo, hermano nuestro,

vivir ahora el fuego de tu Espíritu,

haciendo de esta tierra un cielo nuevo. Amén.


SALMODIA


Ant. Mirad: la Virgen ha concebido y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. Aleluya.


Salmo 122


EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO

Dos ciegos... se pusieron a gritar: «Señor, ten compasión de nosotros, Hijo de David.» (Mt 20, 30)


A ti levanto mis ojos,

a ti que habitas en el cielo.

Como están los ojos de los esclavos

fijos en las manos de sus señores,


como están los ojos de la esclava

fijos en las manos de su señora,

así están nuestros ojos

en el Señor, Dios nuestro,

esperando su misericordia.


Misericordia, Señor, misericordia,

que estamos saciados de desprecios;

nuestra alma está saciada

del sarcasmo de los satisfechos,

del desprecio de los orgullosos.


Salmo 123


NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR

El Señor dijo a Pablo: «No temas..., que yo estoy contigo-» (Hch 18, 9-10)


Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte

—que lo diga Israel—,

si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,

cuando nos asaltaban los hombres,

nos habrían tragado vivos:

tanto ardía su ira contra nosotros.


Nos habrían arrollado las aguas,

llegándonos el torrente hasta el cuello;

nos habrían llegado hasta el cuello

las aguas espumantes.


Bendito el Señor, que no nos entregó

como presa a sus dientes;

hemos salvado la vida como un pájaro

de la trampa del cazador:

la trampa se rompió y escapamos.


Nuestro auxilio es el nombre del Señor,

que hizo el cielo y la tierra.


Salmo 124


EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO

La paz de Dios sobre Israel. (Ga 6, 16)


Los que confían en el Señor son como el monte Sión:

no tiembla, está asentado para siempre.


Jerusalén está rodeada de montañas,

y el Señor rodea a su pueblo

ahora y por siempre.


No pesará el cetro de los malvados

sobre el lote de los justos,

no sea que los justos extiendan

su mano a la maldad.


Señor, concede bienes a los buenos,

a los sinceros de corazón;

y a los que se desvían por sendas tortuosas,

que los rechace el Señor con los malhechores.

¡Paz a Israel!


Ant. Mirad: la Virgen ha concebido y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. Aleluya.


LECTURA BREVE 1Jn 4, 10


En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.


V. Aquí está la esclava del Señor. Aleluya.

R. Hágase en mí según tu palabra. Aleluya.


Oremos


Señor Dios nuestro, que quisiste que tu Verbo se hiciera hombre en el seno de la Virgen María, concede a quienes proclamamos que nuestro Redentor es realmente Dios y hombre que lleguemos a ser partícipes de su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

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