Custodia

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Saludo

Bendición

miércoles, 9 de agosto de 2023

Sexta +

 



Sexta


V. Dios mío, ven en mi auxilio.

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya).



HIMNO


Fuera de los domingos y de las solemnidades:


Te está cantando el martillo

y rueda en tu honor la rueda.

Puede que la luz no pueda

librar del humo su brillo.

¡Qué sudoroso y sencillo

te pones a mediodía,

Dios de esta dura porfía

de estar sin pausa creando,

y verte necesitando

del hombre más cada día!


Quien diga que Dios ha muerto

que salga a la luz y vea

si el mundo es o no tarea

de un Dios que sigue despierto.

Ya no es su sitio el desierto

ni en la montaña se esconde;

decid, si preguntan dónde,

que Dios está —sin mortaja—

en donde un hombre trabaja

y un corazón le responde. Amén.


O bien, tanto en los domingos como en las ferias:


Este mundo del hombre, en que él se afana

tras la felicidad que tanto ansía,

tú lo vistes, Señor, de luz temprana

y de radiante sol al mediodía.


Así el poder de tu presencia encierra

el secreto más hondo de esta vida;

un nuevo cielo y una nueva tierra

colmarán nuestro anhelo sin medida.


Poderoso Señor de nuestra historia,

no tardes en venir gloriosamente;

tu luz resplandeciente y tu victoria

inunden nuestra vida eternamente. Amén.


SALMODIA


Ant. 1. Tú que habitas en el cielo, ten misericordia de nosotros.


Salmo122


EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO

Dos ciegos... se pusieron a gritar: «Señor, ten compasión de nosotros, Hijo de David.» (Mt 20, 30)


A ti levanto mis ojos,

a ti que habitas en el cielo.

Como están los ojos de los esclavos

fijos en las manos de sus señores,


como están los ojos de la esclava

fijos en las manos de su señora,

así están nuestros ojos

en el Señor, Dios nuestro,

esperando su misericordia.


Misericordia, Señor, misericordia,

que estamos saciados de desprecios;

nuestra alma está saciada

del sarcasmo de los satisfechos,

del desprecio de los orgullosos.


Ant. Tú que habitas en el cielo, ten misericordia de nosotros.


Ant. 2. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.


Salmo 123


NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR

El Señor dijo a Pablo: «No temas..., que yo estoy contigo-» (Hch 18, 9-10)


Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte

—que lo diga Israel—,

si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,

cuando nos asaltaban los hombres,

nos habrían tragado vivos:

tanto ardía su ira contra nosotros.


Nos habrían arrollado las aguas,

llegándonos el torrente hasta el cuello;

nos habrían llegado hasta el cuello

las aguas espumantes.


Bendito el Señor, que no nos entregó

como presa a sus dientes;

hemos salvado la vida como un pájaro

de la trampa del cazador:

la trampa se rompió y escapamos.


Nuestro auxilio es el nombre del Señor,

que hizo el cielo y la tierra.


Ant. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.


Ant. 3. El Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre.


Salmo 124


EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO

La paz de Dios sobre Israel. (Ga 6, 16)


Los que confían en el Señor son como el monte Sión:

no tiembla, está asentado para siempre.


Jerusalén está rodeada de montañas,

y el Señor rodea a su pueblo

ahora y por siempre.


No pesará el cetro de los malvados

sobre el lote de los justos,

no sea que los justos extiendan

su mano a la maldad.


Señor, concede bienes a los buenos,

a los sinceros de corazón;

y a los que se desvían por sendas tortuosas,

que los rechace el Señor con los malhechores.

¡Paz a Israel!


Ant. El Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre.


LECTURA BREVE Is 55, 8-9


Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos —oráculo del Señor—. Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes.


V. Señor de los ejércitos, ¿quién como tú?

R. El poder y la fidelidad te rodean.


Oremos:


Dios todopoderoso y lleno de amor, que a la mitad de nuestra jornada concedes un descanso a nuestra fatiga, contempla complacido el trabajo empezado, remedia nuestras deficiencias, y haz que nuestras obras te sean agradables. Por Cristo nuestro Señor.


V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

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