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Saludo

Bendición

domingo, 9 de julio de 2023

Vísperas +

 XIV Domingo del Tiempo Ordinario, solemnidad


Vísperas




(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)


V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.

R/. -Señor, date prisa en socorrerme.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya



 

Himno



Nos dijeron de noche

que estabas muerto,

y la fe estuvo en vela

junto a tu cuerpo.


La noche entera

la pasamos queriendo

mover la piedra.


Con la vuelta del sol,

volverá a ver la tierra

la gloria del Señor.


No supieron contarlo

los centinelas:

nadie supo la hora

ni la manera.


Antes del día,

se cubrieron de gloria

tus cinco heridas.


Con la vuelta del sol,

volverá a ver la tierra

la gloria del Señor.


Si los cinco sentidos

buscan el sueño,

que la fe tenga el suyo

vivo y despierto.


La fe velando,

para verte de noche

resucitando.


Con la vuelta del sol,

volverá a ver la tierra

la gloria del Señor. Amén.



Salmo 109,1-5.7: El Mesías, Rey y Sacerdote



Ant: Cristo, sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec. Aleluya.



Oráculo del Señor a mi Señor:

«Siéntate a mi derecha,

y haré de tus enemigos

estrado de tus pies».

Desde Sión extenderá el Señor

el poder de tu cetro:

somete en la batalla a tus enemigos.


«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,

entre esplendores sagrados;

yo mismo te engendré, como rocío,

antes de la aurora».


El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:

«Tú eres sacerdote eterno,

según el rito de Melquisedec».


El Señor a tu derecha, el día de su ira,

quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,

por eso, levantará la cabeza.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.



Ant: Cristo, sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec. Aleluya.



Salmo 113 B: Himno al Dios verdadero



Ant: Nuestro Dios está en el cielo, y lo que quiere lo hace. Aleluya.



No a nosotros, Señor, no a nosotros,

sino a tu nombre da la gloria,

por tu bondad, por tu lealtad.

¿Por qué han de decir las naciones:

"Dónde está su Dios"?


Nuestro Dios está en el cielo,

lo que quiere lo hace.

Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,

hechura de manos humanas:


Tienen boca, y no hablan;

tienen ojos, y no ven;

tienen orejas, y no oyen;

tienen nariz, y no huelen;


Tienen manos, y no tocan;

tienen pies, y no andan;

no tiene voz su garganta:

que sean igual los que los hacen,

cuantos confían en ellos.


Israel confía en el Señor:

él es su auxilio y su escudo.

La casa de Aarón confía en el Señor:

él es su auxilio y su escudo.

Los fieles del Señor confían en el Señor:

él su auxilio y su escudo.


Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga,

bendiga a la casa de Israel,

bendiga a la casa de Aarón;

bendiga a los fieles del Señor,

pequeños y grandes.


Que el Señor os acreciente,

a vosotros y a vuestros hijos;

benditos seáis del Señor,

que hizo el cielo y la tierra.

El cielo pertenece al Señor,

la tierra se le ha dado a los hombres.


Los muertos ya no alaban al Señor,

ni los que bajan al silencio.

Nosotros, sí, bendeciremos al Señor

ahora y por siempre.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.



Ant: Nuestro Dios está en el cielo, y lo que quiere lo hace. Aleluya.



Apocalipsis 19,1-7: Las bodas del Cordero



Ant: Alabad al Señor, sus siervos todos, pequeños y grandes. Aleluya



Aleluya.

La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,

porque sus juicios son verdaderos y justos.

Aleluya.


Aleluya.

Alabad al Señor, sus siervos todos,

los que le teméis, pequeños y grandes.

Aleluya.


Aleluya.

Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo,

alegrémonos y gocemos y démosle gracias.

Aleluya.


Aleluya.

Llegó la boda del Cordero,

su esposa se ha embellecido.

Aleluya.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.



Ant: Alabad al Señor, sus siervos todos, pequeños y grandes. Aleluya



Lectura



2Ts 2,13-14


Debemos dar continuas gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor, porque Dios os escogió como primicias para salvaros, consagrándoos con el Espíritu y dándoos fe en la verdad. Por eso os llamó por medio del Evangelio que predicamos, para que sea vuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo.



V/. Nuestro Señor es grande y poderoso.


R/. Nuestro Señor es grande y poderoso.


V/. Su sabiduría no tiene medida.


R/. Es grande y poderoso.


V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo


R/. Nuestro Señor es grande y poderoso.



Cántico Ev.



Ant: «Mi yugo es llevadero y mi carga ligera», dice el Señor.




(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)


Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.


Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.


Él hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.


Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de la misericordia

-como lo había prometido a nuestros padres-

en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.



Ant: «Mi yugo es llevadero y mi carga ligera», dice el Señor.



Preces



Demos gloria y honra a Cristo, que puede salvar definitivamente a los que, por medio de él, se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en favor nuestro, y digámosle con plena confianza:


Acuérdate de tu pueblo, Señor


- Señor Jesús, Sol de justicia que iluminas nuestras vidas, al llegar al umbral de la noche, te pedimos por todos los hombres;

que todos lleguen a gozar eternamente de tu luz, que no conoce el ocaso


- Guarda, Señor, la alianza sellada con tu sangre,

y santifica a tu iglesia, para que sea siempre inmaculada y santa


- Acuérdate de esta comunidad aquí reunida,

y que tú elegiste como morada de tu gloria


- Que los que están en camino tengan un viaje feliz,

y regresen a sus hogares con salud y alegría


- Acoge, Señor, las almas de los difuntos

y concédeles tu perdón y la vida eterna



Terminemos nuestras preces con la oración que nos enseñó el Señor:



Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;


venga a nosotros tu reino;


hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.


Danos hoy nuestro pan de cada día;


perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.


No nos dejes caer en la tentación,


y líbranos del mal.



Final



Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, concede a tus fieles la verdadera alegría, para que quienes han sido librados de la esclavitud del pecado alcancen también la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


Amén.

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