Custodia

Custodia

Saludo

Bendición

viernes, 25 de noviembre de 2022

Sexta +

 Viernes, XXXIV semana del Tiempo Ordinario, feria

Hora Intermedia (Sexta)


(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)

V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.

R/. -Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya


 

Himno


El trabajo, Señor, de cada día

nos sea por tu amor santificado,

convierte su dolor en alegría

de amor, que para dar tú nos has dado.


Paciente y larga es nuestra tarea

en la noche oscura del amor que espera;

dulce huésped del alma, al que flaquea

dale tu luz, tu fuerza que aligera.


En el alto gozoso del camino,

demos gracias a Dios, que nos concede

la esperanza sin fin del don divino;

todo lo puede en él quien nada puede. Amén.


Salmo 118,73-80: X (Iod)


Ant: Que tu bondad me consuele según tu promesa.


Tus manos me hicieron y me formaron:

instrúyeme para que aprenda tus mandatos;

tus fieles verán con alegría

que he esperado en tu palabra;

reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,

que con razón me hiciste sufrir.


Que tu bondad me consuele,

según la promesa hecha a tu siervo;

cuando me alcance tu compasión, viviré,

y mis delicias serán tu voluntad;

que se avergüencen los insolentes

del daño que me hacen;

yo meditaré tus decretos.


Vuelvan a mí tus fieles

que hacen caso de tus preceptos;

sea mi corazón perfecto en tus leyes,

así no quedaré avergonzado.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.


Ant: Que tu bondad me consuele según tu promesa.


Salmo 58,2-5.10-11.17-18: Oración pidiendo la protección de Dios contra los enemigos


Ant: Protégeme de mis agresores, Dios mío.


Líbrame de mi enemigo, Dios mío;

protégeme de mis agresores,

líbrame de los malhechores,

sálvame de los hombres sanguinarios.


Mira que me están acechando,

y me acosan los poderosos:

sin que yo haya pecado ni faltado, Señor,

sin culpa mía, avanzan para acometerme.


Despierta, ven a mi encuentro, mira:

tú, el Señor de los ejércitos,

el Dios de Israel.


Estoy velando contigo, fuerza mía,

porque tú, oh Dios, eres mi alcázar;

que tu favor se adelante, oh Dios,

y me haga ver la derrota del enemigo.


Pero yo cantaré tu fuerza,

por la mañana aclamaré tu misericordia;

porque has sido mi alcázar

y mi refugio en el peligro.


Y tocaré en tu honor, fuerza mía,

porque tú, oh Dios, eres mi alcázar.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.


Ant: Protégeme de mis agresores, Dios mío.


Salmo 59: Oración después de una calamidad


Ant: Dichoso el hombre a quien corrige Dios; él hiere y venda la herida.


Oh Dios, nos rechazaste y rompiste nuestras filas;

estabas airado, pero restáuranos.

Has sacudido y agrietado el país:

repara sus grietas, que se desmorona.


Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo,

dándole a beber un vino de vértigo;

diste a tus fieles la señal de desbandada,

haciéndolos huir de los arcos.


Para que se salven tus predilectos,

que tu mano salvadora nos responda.


Dios habló en su santuario:

«Triunfante ocuparé Siquén,

parcelaré el valle de Sucot;


mío es Galaad, mío Manasés,

Efraín es yelmo de mi cabeza,

Judá es mi cetro;


Moab, una jofaina para lavarme;

sobre Edom echo mi sandalia,

sobre Filistea canto victoria».


Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,

quién me conducirá a Edom,

si tú, oh Dios, nos has rechazado

y no sales ya con nuestras tropas?


Auxílianos contra el enemigo,

que la ayuda del hombre es inútil.

Con Dios haremos proezas,

Él pisoteará a nuestros enemigos.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.


Ant: Dichoso el hombre a quien corrige Dios; él hiere y venda la herida.


Lectura


Ba 4,28-29

Si un día os empeñasteis en alejaros de Dios, volveos a buscarlo con un redoblado empeño. El que os mandó las desgracias os mandará el gozo eterno de vuestra salvación.


V/. Del Señor viene la misericordia.

R/. Y la redención copiosa.



Oremos:


Señor Jesucristo, que a la hora de sexta subiste a la cruz por nuestra salvación, mientras las tinieblas envolvían al mundo, concédenos que tu luz nos ilumine siempre, para que, guiados por ella, podamos alcanzar la vida eterna. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario