Custodia

Custodia

Saludo

Bendición

sábado, 19 de noviembre de 2022

 


Sábado, XXXIII semana del Tiempo Ordinario, feria
Primeras Vísperas

(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya

 
Himno

Oh Príncipe absoluto de los siglos,
oh Jesucristo, Rey de las naciones:
te confesamos árbitro supremo
de las mentes y de los corazones.

Oh Jesucristo, Príncipe pacífico,
somete a los espíritus rebeldes,
y haz que encuentren rumbo los perdidos,
y que en un solo aprisco se congreguen.

Para eso pendes de una cruz sangrienta
y abres en ella tus divinos brazos;
para eso muestras en tu pecho herido
tu ardiente corazón atravesado.

Glorificado seas, Jesucristo,
que repartes los cetros de la tierra;
y que contigo y con tu eterno Padre
glorificado el Paráclito sea. Amén.

Salmo 112: Alabado sea el nombre de Dios

Ant: Será llamado Rey de paz, y su trono se mantendrá firme por toda la eternidad.

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Será llamado Rey de paz, y su trono se mantendrá firme por toda la eternidad.

Salmo 116: Invitación universal a la alabanza divina

Ant: Su reino será eterno, y todos los soberanos lo temerán y se le someterán.

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Su reino será eterno, y todos los soberanos lo temerán y se le someterán.

Apocalipsis 4,11;5,9.10.12: Himno de los redimidos

Ant: A Cristo le ha sido dado poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán para siempre.

Eres digno, Señor, Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y con tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: A Cristo le ha sido dado poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán para siempre.

Lectura

Ef 1,20-23 (cfr.)
Dios resucitó a Cristo de entre los muertos y lo sentó a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.

V/. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder. Tú eres rey y soberano de todo.
R/. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder. Tú eres rey y soberano de todo.
V/. Tú eres Señor del universo.
R/. Tú eres rey y soberano de todo.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder. Tú eres rey y soberano de todo.

Cántico Ev.

Ant: El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Aleluya.

(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Aleluya.

Preces

Oremos, hermanos, a Cristo Rey, que es anterior a todo, y en quien todo se mantiene unido, y pidamos:
Venga a nosotros tu reino, Señor
  • - Cristo, rey y pastor nuestro, congrega a tus ovejas de entre los pueblos
    y apaciéntalas en ricos pastizales y en fértiles dehesas.
  • - Guía y salvador nuestro, reúne a todos los hombres en un solo pueblo; cura a los enfermos, busca a los que se han perdido, guarda a los fuertes,
    llama a los alejados, recoge a los descarriados, alienta a los desanimados.
  • - Juez eterno, cuando devuelvas a Dios Padre tu reino, ponnos a tu derecha
    y haz que heredemos el reino preparado para nosotros desde la creación del mundo.
  • - Príncipe de la paz, quebranta las armas de la guerra
    y anuncia la paz a las naciones.
  • - Heredero de las naciones, haz entrar a la humanidad, con todo lo bueno que tiene, en el reino de tu Iglesia, que el Padre ha puesto en tus manos,
    para que todos, unidos en el Espíritu Santo, te reconozcamos como nuestra cabeza.
  • - Cristo, primogénito de entre los muertos y el primer resucitado de entre ellos,
    admite a los difuntos en la gloria de tu reino.

Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que nos enseñó el Señor:

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Final

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, haz que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te glorifique sin fin. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario